La creencia de que la raza, el color, el idioma, la religión, la nacionalidad o el origen racial o étnico justifican el desprecio hacia una persona o grupo de personas o la noción de superioridad sobre las mismas, es una de las definiciones mas aceptadas del racismo. Es frecuente que reservemos el termino “racismo” para los comportamientos delictivos motivados por el origen racial o étnico de una persona, y que estemos mas dispuestos a reconocer en nuestra sociedad la existencia de discriminaciones, directas o indirectas, que colocan a los ciudadanos de origen o nacionalidad extranjera en una situación de desventaja.
Las mujeres inmigrantes en Europa sufren una doble discriminación, la primera por su situación de extranjeras, cuyo desconocimiento del idioma agrava aún más su situación, y otra por su género.
Estas mujeres son las que abarcan la mayor tasa de paro, reciben el salario más bajo y trabajan en las peores condiciones, sin poder gozar muchas veces de vacaciones retribuidas, el cobro de horas extras o preavisos de despido.
La lucha contra el racismo y/o la discriminación, es una tarea del conjunto de la sociedad. El ámbito laboral ha de ser un objetivo principal de las medidas y los esfuerzos de todos los actores, para hacer realidad la igualdad de trato y de oportunidades.
Las mujeres inmigrantes en Europa sufren una doble discriminación, la primera por su situación de extranjeras, cuyo desconocimiento del idioma agrava aún más su situación, y otra por su género.
Estas mujeres son las que abarcan la mayor tasa de paro, reciben el salario más bajo y trabajan en las peores condiciones, sin poder gozar muchas veces de vacaciones retribuidas, el cobro de horas extras o preavisos de despido.
La lucha contra el racismo y/o la discriminación, es una tarea del conjunto de la sociedad. El ámbito laboral ha de ser un objetivo principal de las medidas y los esfuerzos de todos los actores, para hacer realidad la igualdad de trato y de oportunidades.
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